Asesor del gobierno británico en ciencia: "Podremos
compartir nuestras bases en la Antártida"
Robin Grimes, asesor científico en jefe del Ministerio de
Asuntos Exteriores británico llegó a la Argentina luego de visitar Chile.
Grimes es profesor de física del Imperial College, desarrolló una agenda
apretada y se reunió con el Ministro de Ciencia, Lino Barañao, visitando
laboratorios, entre otros, los de Y-TEC, manteniendo encuentros de trabajo con investigadores informa LaNación.
Nieto de un agricultor y de un plomero ("Vengo de los
estratos más bajos de la sociedad", aclara, con una sonrisa), Grimes
investiga en "defectos de materiales nucleares". "Son muy
interesantes -comenta-. Por ejemplo, uno los necesita para la conducción de
electricidad a través de una membrana, si no hay defectos no hay conducción.
Las baterías de litio también funcionan por los defectos. Si no hay defectos,
no se mueven los iones de litio". Pero eso no le impide viajar por el
mundo anudando lazos de cooperación científica.
"Acabamos de firmar un memorándum de entendimiento
entre nuestras organizaciones de investigación antártica -cuenta-. Podremos
compartir nuestras bases, lo que significa que ahorraremos un montón de dinero
y, desde mi punto de vista, ¡podremos gastarlo en hacer más
investigación!"
-Doctor Grimes, es la tercera vez que viene a la Argentina
como embajador científico. El año pasado le pregunté qué pasaría con la ciencia
británica si abandonaban la Unión Europea...
-Y probablemente le dije que no sucedería. Ups...
-Sin embargo, ocurrió. ¿Qué cambió a partir del Brexit?
-Primero, el hecho de que yo haya pensado que no íbamos a
alejarnos, y sin embargo lo hiciéramos, muestra que los científicos en jefe
pueden equivocarse (se ríe). Seguro que no va a ser lo único en lo que me voy a
equivocar...
-¿Están sufriendo recortes presupuestarios?
-Bueno, de hecho, no. Al contrario, nuestro presupuesto
creció. Aspiramos a pasar del 1,7% al 2,4% del PBI para ciencia y tecnología.
Por supuesto, no todo ese dinero vendrá del Estado. Se necesitarán también
fondos del sector privado. Será complicado, pero la colaboración internacional
es parte de ese proceso. En este sentido, estoy totalmente convencido de que
Gran Bretaña y la Argentina pueden ser maravillosos socios científicos. Y la
razón para esto es principalmente que la Argentina hace buena ciencia. En otras
palabras: reconoce la necesidad de excelencia, algo que no todos los países
comprenden. Si uno quiere progresar, tiene que tener esta actitud.
-¿Cómo logran mantener a la ciencia y la tecnología en un
lugar prioritario de la agenda política?
-La ciencia del descubrimiento es el cimiento de la
prosperidad. Los políticos tienen que alcanzar un equilibrio difícil. Mucho de
lo que tienen que resolver es inmediato y la ciencia lleva tiempo. El trabajo
de personas como yo es tratar de mantenerla al frente de las mentes de los
políticos, explicarles porqué es importante otorgarle fondos, promover la
colaboración y permitir que esos descubrimientos ocurran.
-¿Qué beneficios tiene para Gran Bretaña asociarse con un
país en dificultades y de menor desarrollo?
-Nuestros sistemas educativos, nuestras sociedades son
diferentes, de modo que vemos los problemas de maneras sutilmente distintas. Y
si uno quiere avanzar en problemas realmente difíciles, necesita tener
perspectivas diferentes. Además, a pesar de los problemas, apreciamos que haya
un reconocimiento de que esto tiene sentido desde el punto de vista individual
del científico. Los investigadores están encantados de trabajar unos con otros;
tanto argentinos como británicos están comprometidos a que esto funcione.
-¿Cómo ve el futuro de la colaboración?
-Nunca hay seguridad, pero creo que crecerá. Antes que nada,
por nuestras aspiraciones de mejorar el presupuesto para la ciencia, pero
también porque necesitamos ampliar nuestros horizontes de socios científicos.
Es un tiempo muy bueno desde ese punto de vista.
-¿Ya firmaron acuerdos concretos?
-Sí, por ejemplo, investigaremos en resistencia microbiana.
Contribuiremos con cinco millones de libras al financiamiento de estudios sobre
el tema. Somos muy afortunados de que la Argentina quiera asociarse con
nosotros. Es muy bueno, de verdad. También conversamos sobre colaboraciones de
laboratorios británicos y argentinos en agrotecnología. Veremos crecientes
investigaciones conjuntas en este campo.
Una de las ventajas es que como estamos en diferentes
hemisferios, podemos tener dos cosechas por año, de modo que se duplica el
ritmo de descubrimiento. También dejamos en marcha otra iniciativa, financiada
en conjunto por la compañía GSK y el Conicet, para desarrollar una serie de
conferencias de ganadores de premios Nobel de Gran Bretaña. Tenemos pensado que
vengan aquí, puedan dar charlas, encontrarse con científicos. Mi tarea es
facilitar vínculos entre la gente joven, pero cada tanto también hay que
trabajar en el otro extremo del espectro, entre los que están bien
establecidos.
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