Primer aterrizaje argentino en el Polo Sur
El 6 de enero de 1962, dos aviones Douglas
DC-3 aterrizaron en el Polo Sur Geográfico, en la base estadounidense Amundsen Scott (89 grados 59 min. 51seg. de Latitud Sur).
En el marco de la Campaña Antártica 1961-62 la Armada
Argentina (ARA) dispuso la intervención de la Unidad de Tareas 7.8 (U.T. 7.8),
llamada "de Exploración y Reconocimiento Aerofotográfico",
dependiente de la Fuerza de Tareas 7 (F.T. 7).
Dicha Unidad de Tareas se encargó de efectuar el histórico
vuelo al Polo Sur con dos aviones Douglas "DC-3", versión
"C-47" (matriculados CTA-15 y CTA-12[2]), destacados por el Comando
de Transportes Aeronavales para dicha empresa, cuyo Comandante era el entonces
Capitán de Fragata Hermes José Quijada.
Los dos aviones Douglas DC-3, versión C-47, de la Aviación Naval, matriculados como el CTA-15 y el CTA-12 y con las inscripciones respectivas: "¿Total para qué?" y "¿Te vas a preocupar?"
En tiempos de motores de combustión interna con cilindros
radiales a explosión, aviónica analógica simple de primera generación,
aerodinamia básica, los aviones de transporte y carga eran sistemas muy
robustos pero elementales. Al momento de la planificación de esta operación,
los DC3 eran aeronaves que ya tenían más de 30 años de diseñados y estos
fuselajes en particular, más de 20 de servicio en la Armada Argentina.
Ambos aviones fueron pintados con una configuración
antártica y modificados con el agregado de tanques suplementarios de aceite y
combustible, equipos de comunicaciones, se instaló un radar Doppler, un sistema
de calefacción (extraído de los viejos “Catalina” –hidroaviones patrulleros
PBY5-) y esquíes de aluminio bajo las ruedas del tren de aterrizaje principal y
se equipó con material de supervivencia (carpas, abrigos, víveres). Un tema
preocupante fue reducir el peso lo más posible para dar la suficiente autonomía
de vuelo y capacidad de despegue. Todo se hizo en el Taller Aeronaval de Punta
de Indio.
Las dotaciones fueron seleccionadas cuidadosamente y se
adiestraron en la Base de Punta de Indio y en cercanías de Mar del Plata para
sobrellevar emergencias y los efectos de “visión blanca” características de la
Antártida, además del despegue con cohetes de impulsión suplementaria.
La unidad de tareas quedó finalmente conformada como sigue:
1. Avión CTA-15: Cap. de Fragata Hermes J. Quijada (Comandante
de la Unidad de Tareas y del avión); Cap. de Corbeta Pedro F. Margalot (2do.
Cte. de la U.T. y Jefe de Operaciones, Navegación y Fotografía); Tte.de
Fragata Miguel A. Grondona (Piloto y Jefe de Comunicaciones); Tte.
de Corbeta José L. Pérez (Copiloto, Jefe de Meteorología y Ayudante
de Navegación); Suboficial Segundo E. C. Franzoni (Mecánico) y Cabo
Primero Gabino R. Elías (Radiooperador).
2. Avión CTA -12: Cap. de Corbeta Rafael M.
Checchi (Jefe de Ingeniería y Mantenimiento); Tte. de Navío
Jorge A. Pittaluga(Comandante del avión y Ayudante de operaciones); Tte.
de Fragata Héctor A. Martini (Piloto y Jefe de Supervivencia); Tte.
de Fragata Enrique J. Dionisi (Copiloto y Navegante); Cabo
Principal Ricardo M. Rodríguez (Mecánico) y Cabo Primero Raúl
Ibasca (Radiooperador).
3. Grupo de Apoyo Terrestre: que a su vez estaba
integrado por dos elementos:
3.1 Grupo Matienzo: Tte. de Fragata Médico Pedro E. Barza
(Jefe); Cabo Segundo Ramón Jofré; Técnicos: Efrain Zelayeta, Virgilio Fontana,
José Di Paola; Conscripto Francisco Vega.
3.2 Grupo Ellsworth: Cabo Primero Gerardo Palladino;
Sargento Héctor Farina; Técnicos: Bautista Bulgaroni, Raynundo Chiaperini,
Julio A. Líbano, Héctor Paganuzzi, Juan Perlini y René Pesano.
El itinerario de los citados Douglas DC-3 fue el siguiente:
despegaron la ciudad de Buenos Aires el
5 de diciembre de 1961 con destino a Río Gallegos (2.020 Km.) adonde llegaron
ese mismo día.
El 18 de diciembre, cuando se presentaron las condiciones
meteorológicas adecuadas para ir al Continente Antártico y previa colocación de
esquíes de aluminio bajo las ruedas del tren de aterrizaje principal a ambos
aviones, partieron de Río Gallegos hacia el Campo Auxiliar “Capitán
Campbell” (1.560 Km.), lo que insumió un
poco más de 8 Hs. de vuelo. Este aeródromo fue construido en la isla de
Robertson y el nunatak Larsen por el grupo de apoyo terrestre, llevado por el CTA-2
y el rompehielos ARA “Gral. San Martín”.
Ese era el asiento de la entonces Base Aérea Teniente
Matienzo, para entonces integrada en forma conjunta con personal de la Armada,
el Ejército y la Fuerza Aérea. La Nochebuena y la Navidad los encontró en la mencionada
isla. Actualmente ese lugar es mar abierto, debido a la desintegración de la
barrera de hielo de Larsen que tenía un espesor de algo más de 250 m.
El 26 de diciembre, cuando nuevamente las condiciones
meteorológicas lo permitieron, despegaron de Campbell con destino hacia la
Estación Científica Ellsworth (1.700 Km.), cubriendo tal trayecto en 9 Hs. de
vuelo. En Ellsworth pasaron Año Nuevo, a la espera de que las condiciones
meteorológicas volviesen a ser favorables para emprender la última etapa del
viaje.
Es así como el 6 de enero de 1962 decolaron hacia la Base
Amundsen-Scott (EEUU) en el Polo Sur Geográfico
(1.350 Km), aterrizando a las 21:10 Hs., luego de 8 horas de vuelo.
No bien aterrizaron, enarbolaron una bandera nacional y
descubrieron una placa en homenaje a los exploradores polares, con el siguiente
texto: “La República Argentina a Amundsen, Scott y sus hombres en el
cincuentenario de su llegada al Polo Sur. Homenaje de la Aviación Naval de la
Armada Argentina en su primer vuelo al Polo Sur”.
Al día siguiente, 7 de enero, los dos aviones emprendieron
el regreso. Llegaron a Ellsworth luego de casi 6 horas de vuelo.
El 18 de enero, partieron hacia Campbell, donde aterrizaron
después de aproximadamente 8 horas de aeronavegación.
El 20 de enero se dieron las condiciones meteorológicas como
para abandonar la Antártida. En esa fecha decolaron con destino a Ushuaia
adonde arribaron después de 5 Hs. de vuelo. Allí le sacaron los esquíes a las
aeronaves y, al día siguiente, despegaron con destino hacia el Aeroparque Jorge
Newbery de la ciudad de Buenos Aires, donde aterrizaron el 22, previa escala en
la Río Gallegos y en Base Aeronaval Punta Indio. En esta última escala se le
volvieron a colocar los esquíes a los dos aviones, puesto que ellos
representaban el símbolo de la hazaña realizada y era importante que se vieran
al llegar a Bs. As.. Así, el 22 de enero de 1962 se dio por finalizada esa
exitosa epopeya, todo un verdadero hito de la gloriosa aviación naval.
Hasta 1957 únicamente noruegos y británicos habían llegado hasta el Polo Sur por medio aéreo. En dicho año, los norteamericanos también lo hicieron partiendo desde Australia. Y sólo cinco años más tarde pilotos navales argentinos, lograron una colosal hazaña, similar a la de sus tres antecesores.
El "Héroe del Polo Sur", calificación dada al
Capitán Quijada por la prensa nacional y extranjera de la época, no dejó nada
librado al azar. Tuvo que sortear, conjuntamente con su avezada tripulación,
gracias a su férrea voluntad, su idoneidad y su firme determinación, difíciles
obstáculos técnicos y logísticos para lograr la epopeya de aterrizar y decolar
dos aviones en el Polo Sur.
Cumplida esta riesgosa y exitosa misión, Quijada declaraba
modestamente a un reportero del diario "La Nación", "Gracias a Dios todo salió bien, hemos
pasado la noche en el polo y regresado sin la menor dificultad. Las máquinas
han respondido magníficamente". Ante la pregunta del redactor: "¿y
los hombres?", el intrépido piloto naval respondió: "Eso se daba por
descontado".
1 comentario:
Soy nieto de uno de los técnicos que acompañó esta misión, Héctor Paganuzzi, a quien lamentablemente no llegué a conocer, que lindo informe y gracias por darlo a conocer.
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