El ARA Almirante Irízar zarpó hacia Bahía Blanca para realizar
su primera navegación de prueba
El “Irízar” había vuelto a navegar el 25 de abril pasado, para
realizar una navegación de prueba, a diez años del incendio en alta mar que casi
lo destruye, para realizar un primer ajuste de la planta propulsora navegando
en el Río de la Plata, que sirvió para verificar y ajustar los sistemas,
equipos y motores con el fin de comprobar su respuesta ante diferentes
exigencias, como así también ajuste de roles de la tripulación con mayores
exigencias.
El rompehielos multipropósito “Almirante Irízar” (RHAI)
zarpó este 4 de julio desde el astillero estatal Tandanor, donde se lo
reconstruyó y modernizó desde 2011 para ampliar sus capacidades, hacia la Base
Naval de Puerto Belgrano, donde se le realizarán tareas de carenado para sus
pruebas a mar abierto. Esta navegación tiene el propósito de realizar el
traslado a la Base Naval en el partido bonaerense de Bahía Blanca, para su
puesta en seco en el Dique de Carena del Arsenal Naval Puerto Belgrano, en
donde se verificarán los sistemas -como hélices, timones, válvulas- que se
encuentran en la parte sumergida del casco, y se realizará el pintado de la
obra viva.
El momento clave será en septiembre, cuando volverá a
internarse en los hielos antárticos, dotado ahora de nuevos laboratorios
científicos y una cubierta ampliada de vuelo para facilitar el enlace de todas
las bases argentinas en el continente blanco.
La histórica nave, que dejó de participar en las campañas
antárticas tras sufrir un incendio en 2007, es una referencia para cientos de
científicos que participan de las campañas antárticas. En ese marco,
investigadores platenses recordaron sus experiencias al borde del clásico
rompehielos.
El histórico buque rompehielos de la Armada argentina, el
Almirante Irízar, que fue emblema de las campañas en la Antártida, partió desde
Buenos Aires para realizar su primera navegación en alta mar luego de diez años
parado tras sufrir un incendio, informaron fuentes oficiales.
Desde principios de 2010, el astillero de la empresa
Tandanor se hizo cargo del buque para que pudiera volver a navegar, algo que
hizo realidad este martes cuando salió desde el Complejo Industrial y Naval
Argentino para llegar a la Base Naval Puerto Belgrano.
"El rompehielos ARA 'Almirante Irízar' se trasladará al dique seco de Puerto Belgrano (en el sur de la provincia de Buenos Aires) para la verificación de los sistemas del casco", señaló en su cuenta oficial de Twitter el Ministerio de Defensa argentino, Julio César Martínez.
El ministro de Defensa indicó que este viaje se realiza
"para navegar aguas profundas", un paso necesario que la navegación
precisa hacer "antes de las pruebas de hielo" y antes de la
reincorporación de la nave a la fuerza naval antártica de la Armada Argentina.
Según explicó ayer el comandante del buque, Maximiliano
Mangiaterra, “vamos a esperar las condiciones meteorológicas que habitualmente
se dan a mediados de septiembre para realizar las pruebas de hielo en la
Antártida; y ahí se va a probar el buque a toda su potencia para comprobar si
está listo para alcanzar la base Belgrano II”.
Mangiaterra comentó que “Belgrano II está más allá del
paralelo 78, y para llegar a ésta es necesario cruzar el Mar de Weddell, que
está cubierto de hielo”.
Al referirse a la primera navegación de prueba, Mangiaterra
dijo que “fueron cuatro días intensos en los que en forma progresiva se
encendieron todos los sistemas de propulsión. A mediados de junio vamos a hacer
una segunda salida de diez días para comprobar la configuración que evaluamos
en la primera, y también a testear todos los equipos instalados a bordo”.
Un incendio afectó la nave el 10 de abril del 2007 cuando
volvía de la campaña antártica con 296 tripulantes a bordo; el fuego se originó
en los generadores eléctricos cerca de las 22, y dejó fuera de servicio cerca
del 80 por ciento del barco.
El Ministerio de Defensa, la Armada y la Dirección Nacional
del Antártico, analizaron las alternativas de comprar un nuevo rompehielos,
construir uno o reconstruir el ‘Irizar’, eligiendo esta última opción que
además contemplaba una profunda modernización del buque para ampliar sus
capacidades y darle más espacio a los laboratorios.
Los trabajos de reparación y modernización permitieron
ampliar de unos 70 metros cuadrados a más de 400 la superficie destinada a
laboratorios, de 76 a 83 la cantidad de camarotes y de 350 metros cúbicos a 650
la capacidad de trasladar combustible antártico.
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