El rompehielos ARA Almirante Irízar arribó a la dársena de la Base
Naval Puerto Belgrano (BNPB), el pasado 10 de julio, de Buenos Aires, desde donde partió para
navegar en aguas abiertas y llevar a cabo su proceso de reconstrucción y
modernización, tras el incendio que sufrió de 2007 que lo dejó inactivo durante
diez años.
El acto de arribo del buque antártico fue encabezado por el
jefe de Mantenimiento y Arsenales de la Armada, contralmirante Eduardo Luis
Malchiodi; quien asistió acompañado de autoridades navales, comandantes de
unidades y familiares de los tripulantes.
Durante la navegación, la segunda desde el incendio, la
dotación del rompehielos trabajó para ponerlo a prueba en alta mar, ajustar
sistemas y mecanismos y verificar procesos de cara a la fase más dura y
decisiva: la prueba en hielo.
Una vez que se terminen los trabajos en el Arsenal Naval
Puerto Belgrano, la idea es que participe en tareas logísticas y científicas en
las próximas Campañas Antárticas de Verano.
Luego del proceso de reconstrucción y modernización, el
Irízar se convirtió en un rompehielos de vanguardia, con tecnología de última
generación y un incremento de un 600 por ciento de su espacio dedicado a la
investigación científicas, con 13 laboratorios.
Además se renovaron los alojamientos y potenciando su
calidad y capacidad, se adecuaron todos los sistemas auxiliares necesarios,
incluyendo la climatización, cámaras frigoríficas, cocina, destiladores de agua
potable, plantas de tratamientos de residuos y sistema de descongelamiento de
la pista de aterrizaje, además de sumarlee cuatro lanchas de abandono, grúas de
16 toneladas y seis balsas salvavidas.
El buque también cuenta con un Departamento de Sanidad con quirófano, sala de terapia intensiva, terapia intermedia, sala de internación y laboratorios de bioquímica y odontología.
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