Como parte de la presencia nacional en el
continente blanco, vienen investigando la llamada Bizionia Argentinensis, que
podría servir para crear una nueva generación de antibióticos. Ya se
determinaron e identificaron enzimas y proteínas, pasos clave para el
desarrollo de nuevos medicamentos.
Desde la recuperación de la democracia, la presencia
argentina en la Antártida aumento, de la mano del desarrollo científico. En los
últimos años, con un incentivo mayor en la materia, los proyectos aumentaron
notablemente, y hoy son la principal presencia del país en el continente
blanco. Uno de los más prometedores es el que estudio una bacteria encontrada
en el hielo local, y que podría ser clave para el desarrollo de nuevos
fármacos, en especial antibióticos. Hace unos años los científicos lograron
descifrar el genoma de la bacteria, lo que agilizó el proceso de investigación.
Investigadores de la Dirección Nacional del
Antártico-Instituto Antártico Argentino vienen trabajando hace rato en la
bacteria Bizionia Argentinensis, descubierta en los hielos del continente blanco.
Como destacó el director Nacional del Antártico, Mariano Memolli, “el
despliegue argentino en la Antártida es de los más importantes: ocupamos ese
continente mucho antes que cualquiera, desde 1904, y no lo hicimos con una
colonización militar sino con una ocupación civil y científica”.
El funcionario subrayó que "la investigación científica
es imprescindible a pesar de que a veces la vinculación con nuestra vida
cotidiana no sea directa; por ejemplo, en un momento se descubrió que había
bacterias en la Antártida y estudiándolas se descifró su genoma, y eso permitió
identificar enzimas y proteínas que pueden ser utilizadas en
medicamentos".
Memolli se refiere al trabajo que comenzó hace unos años, y
en 2008 logro la decodificación de su genoma. La descripción de la bacteria ya
fue aceptada en la revista Journal of Systematic and Evolutionary Microbiology.
En cambio, la información sobre su genoma (que tiene 3,3 millones de pares de
bases de nucleótidos, que conforman su ADN) estará disponible para los
científicos argentinos.
A la bacteria la aislaron al tomar muestras de aguas
superficiales en la Caleta Potter, en la Isla 25 de Mayo, Shetland del Sur,
frente a la base argentina Jubany, de la Antártida. La bacteria degrada
compuestos orgánicos para obtener energía. Los próximos pasos de la
investigación -aclaró el especialista- serán determinar enzimas de la bacteria
que podrían aplicarse en procesos biotecnológicos diferentes, como la
conservación de los alimentos.
Esta investigación ratifica la presencia argentina en el
lugar, a través de la ciencia. "Durante años Argentina no miró hacia el
mar, pero de 1983 para acá, en mayor o menor intensidad, todos los gobiernos
tuvieron políticas antárticas, que es algo más grande que ir a sacarse la foto
de protocolo. Y eso es fundamental en la construcción de una política pública
de largo plazo", concluyó Memolli.
http://www.miradaprofesional.com/
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