La pretensión británica contra los intereses argentinos en
la Antártida. El reclamo de Gran Bretaña ante la Corte Internacional de Justicia
El 4 de mayo de 1955, el gobierno Británico inició ante la
Corte Internacional de Justicia un reclamo contra Argentina relativo a los
derechos de soberanía sobre las “Dependencias de las Islas Malvinas”, en
particular las Islas Georgias del Sur, Sandwich del Sur y lo que los británicos
denominan “Territorio Antártico Británico”.
La presentación, titulada "Solicitud del Gobierno del
Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte relativa a las incursiones del
Gobierno Argentino en Territorio Antártico Británico", solicitó que la
Corte declarase que:
“El Reino Unido, a diferencia de la República Argentina,
posee, y en todas las fechas pertinentes ha poseído, derechos legales válidos y
perdurables a la soberanía sobre todos los territorios comprendidos en las
dependencias de las Islas Falkland y, en especial, en las Islas Sandwich del
Sur, Georgias del Sur, Orcadas del Sur, Shetland del Sur, Tierra de Graham y
Tierra de Coats”.
La presentación incluyó, además, un pedido para que la Corte
obligara a la Argentina a respetar la soberanía del Reino Unido y que cesara en
sus pretensiones de ejercer soberanía sobre los territorios de las
Dependencias.
La Argentina no aceptó la jurisdicción de la Corte, ni de
ninguna otra corte internacional, panel de mediación o arbitraje. Así, la
Argentina pasó a contar sólo con las Naciones Unidas, la Organización de
Estados Americanos, o los No-alineados como foros para presentar sus reclamos.
Gran Bretaña nunca sometió el caso de las Islas Malvinas a la Corte si el caso
por sus pretensiones sobre la Antártida.
Firma del Tratado Antártico.
En 1959 se firmó el Tratado Antártico donde los firmantes
originales fueron: Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Estados Unidos,
Francia, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, el Reino Unido, Sudáfrica y la Unión
Soviética, pero el tratado dejó la puerta abierta a cualquier miembro de la
Organización de las Naciones Unidas, u otro estado invitado por la totalidad de
los signatarios consultivos. Desde su firma el número de signatarios creció
hasta un total de 53 en 2017, pero solo 29 de ellos poseen la categoría de
«miembros consultivos», que les otorga plenos derechos decisorios. Los
restantes 24 son considerados «miembros adherentes», por lo cual no gozan del
derecho a votar.
El Tratado Antártico entró en vigor a partir de 1961 y tiene
vigencia indefinida y no ha sufrido enmiendas. Puede ser modificado por la
unanimidad de los miembros consultivos o -luego de los 30 años de vigencia- por
la mayoría de miembros presentes en una conferencia convocada al efecto en la
que pueden participar los miembros no consultivos. El Tratado Antártico
permitió congelar las pretensiones británicas que sin embargo siguen latentes.
Por su parte la cuestión Malvinas fue llevada por la
diplomacia argentina a la Asamblea General de la Naciones Unidas del 16 de
Diciembre de 1965, votada en positivo por 94 naciones, encuadra el caso
“Malvinas” como un claro caso de colonialismo Territorial e insta a Gran
Bretaña a retomar conversaciones con Argentina para superar el conflicto por la
soberanía de las islas.
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