La topografía de la Antártida comenzó a cambiar de llanura a un paisaje lleno de montañas, glaciares y fiordos hace unos 34 millones de años, según un nuevo estudio de la Universidad de Arizona. Saber cuándo empezó a producirse este cambio es importante para determinar cómo el modelado de la forma de la capa de hielo de la Antártida viene afectando al clima mundial y la elevación del nivel del mar.
Aunque las observaciones de radar han revelado un paisaje agreste bajo la capa de hielo de la Antártida de dos kilómetros de espesor, estos estudios no dicen nada acerca de cuándo se formaron los profundos valles del continente helado. "Hemos trabajado en cómo ha cambiado el paisaje bajo el hielo ha a través del tiempo", dijo el autor principal, Stuart N. Thomson. "Se ha especulado sobre la presencia de grandes fiordos formados bajo el hielo", dijo. "Pero nada se sabe a ciencia cierta hasta que se estudian las rocas o los sedimentos". Él y sus colegas tomaron muestras de rocas del este de la Antártida mediante el examen de los sedimentos que se acumularon en alta mar hace millones de años, como piedras y tierra erosionada fuera del continente, en la bahía de Prydz. "Utilizamos los sedimentos para rastrear lo que ocurrió bajo el hielo en el pasado", dijo Thomson, un científico del departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Arizona.
El equipo halló que en un periodo de entre 250 y 34 millones de años, la erosión de la región cubierta ahora por el enorme glaciar Lambert era lenta, lo que sugiere que el área era relativamente llana y drenada por ríos tranquilos. Pero hace 34 millones de años, al mismo tiempo, el clima cambió y la Antártida empezó a tener una cubierta de hielo, con lo que la tasa de erosión creció más del doble, dijo Thomson. "La única manera para que esto pudiera pasar eran los glaciares", dijo. "Comenzaron a excavar formando valles profundos." El co-autor Peter W. Reiners explica que "los glaciares pueden tallar valles profundos rápidamente, y lo hicieron en la Antártida antes de que el intenso frío la cubriera con una gruesa capa de hielo de más de dos kilómetros de espesor". El estudio ha sido publicado en la revista Nature Geoscience.
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