sábado, 31 de diciembre de 2016

La Base Antártica Esperanza la más austral de la Argentina


La Base Antártica Esperanza la más austral de la Argentina

Operada por el Ejército, fue fundada el 17 de diciembre de 1952, en la cual se destaca el funcionamiento de la escuela provincial Nro. 38 "Presidente Raúl Alfonsín", perteneciente a la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Está ubicada en punta Foca, en la bahía de igual nombre, al norte de la península Antártica en los 63º24 S 56º59 W.

Esta base permanente - una de las 13 que tiene el país-, con una dotación compuesta por más de 60 personas, es la única bajo jurisdicción argentina que la habitan familias todo el año.

El capitán del Ejército Jorge Edgar Leal junto al capitán Héctor Manuel Benavidez, el teniente Carlos Néstor Bulacios, teniente Domingo Héctor Crotti, sargento ayudante Alberto Benicio Balegno y sargento ayudante Pedro Nicanor Ramos, quienes conformaron la primera dotación en Esperanza, dejando inaugurada esa base.

Está ubicada en punta Foca de la bahía Esperanza en la península Trinidad, la cual se halla sobre el estrecho Antarctic en la península Antártica (o Tierra de San Martín) en la Antártida Argentina.

La vida en la Base Esperanza, el pueblo más austral argentino

Hombres, mujeres, militares y civiles, chicos y adolescentes pasan un año de su vida enfrentando el clima antártico en la Base Esperanza, un poblado en los arrabales del Polo Sur que cuenta con una escuela para los más pequeños, una radio AM y al que no le faltan los picados de fútbol y los bailes.

Néstor María Franco es el docente que este año dará clases junto a su esposa en la escuela Raúl Alfonsín, la más austral de la Argentina y una de las pocas en el continente blanco.

Docente especial, Franco residió los últimos ocho años en Ushuaia junto a su pareja Romina Pereyra, quien se desempeñará durante toda la invernada como directora de la escuela de la base.

"Para mí y para mi familia es un privilegio estar acá. Es un proyecto que venimos planificando hace 2 años y es la primera vez que voy a invernar", comentó el docente al pie del edificio naranja donde dictará clases a una decena de niños que llegan a la Antártida junto a su familia.

"Es una escuela rural de tipo plurigrado. Debido a la acotada matricula uno tiene que juntar los niveles y darse el tiempo necesario para explicar cada tema a cada chico", explicó el maestro que aceptó el desafío y afirmó haberse "apasionado" por la Antártida.

Para trabajar en el continente blanco como docente hay que tener una residencia mínima de tres años en la provincia de Tierra del Fuego y realizar un curso de técnica polar en la localidad de Caviahue.

A la hora de explicar el principal desafío educativo, Franco afirmó que tratará de que "cada alumno sienta este territorio como propio y que estamos en la Argentina".


"Esto es un sueño, un gran desafío porque al ver esta inmensidad, es difícil explicarla en palabras. Somos realmente privilegiados", concluyó.

La vida en comunidad en el continente blanco fue una idea del general Hernán Pujato a principios de la década de 1950 para reforzar la soberanía nacional años antes de la firma del Tratado Antártico que congela los reclamos de todas las naciones sobre el territorio.

Sin embargo, aquella idea pionera continúa hasta el día de hoy y, según dicen los invernantes, se trata de que la vida sea lo más parecida posible a la que se vive en la Argentina continental.

Cada familia tiene su vivienda particular para tener intimidad, pero los sábados a la noche todos cenan en comunidad en el casino (casa principal) y luego participan de un momento de baile y diversión.

"Traer a este lugar no sólo hombres, sino a mujeres y chicos, para mantener la vida como la llevamos en la Argentina americana es trascendente para la soberanía nacional", explicó el general Justo Treviranus, jefe Antártico del Ejercito Argentino.

El clima es un enemigo que sorprende y que pude volar un techo en segundos: "Ayer era un día sin viento, sin frio, y hoy ya tenemos 50 nudos complicando cualquier actividad. El verdadero desafío es llegar a buen término con la campaña", señaló por su parte el jefe de la Base, el teniente coronel Miguel Ángel Vázquez.

Cuando pasa el invierno llega al lugar un sacerdote del obispado castrense para celebrar la primera comunión de los chicos, pero el año pasado agregó a sus tareas un casamiento entre dos invernantes.

La base cuenta, además, con una radio AM que depende de Radio Nacional y es conducida por tres personas que durante un año toman un curso especial en el ISER de Buenos Aires.

También se juega al fútbol en uno de los hangares o, si el clima lo permite, directamente sobre el hielo.


"Vivir con las familias aporta mucho. Me pude vincular mucho con los chicos, se me pusieron a llorar un par cuando se fueron. Yo soy ingeniero aeronáutico, a los grandes los ayudaba con física y química", comenta Braulio Vanegas, el encargado de Sismología de la base luego de pasar un año en la base.

Todos en la base conocen que trabajarán un año con las temperaturas más bajas y con los vientos más intensos del planeta, pero como señala el jefe de la base, también son conscientes de que ese "es un privilegio para muy pocas personas en el mundo".

La República Argentina cuenta en la actualidad con 6 bases de actividad permanente en el Sector Antártico Argentino. Ellas son: Orcadas, Marambio, Carlini (ex Jubany), Esperanza, San Martín y Belgrano II; y con 7 bases de actividad temporaria: Brown, Matienzo, Primavera, Cámara, Melchior, Petrel y Decepción.

MinDef - Télam

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