martes, 4 de julio de 2017

El rompehielos ARA Almirante Irízar zarpó para realizar su primera navegación de prueba


El ARA Almirante Irízar zarpó hacia Bahía Blanca para realizar su primera navegación de prueba

El “Irízar” había vuelto a navegar el 25 de abril pasado, para realizar una navegación de prueba, a diez años del incendio en alta mar que casi lo destruye, para realizar un primer ajuste de la planta propulsora navegando en el Río de la Plata, que sirvió para verificar y ajustar los sistemas, equipos y motores con el fin de comprobar su respuesta ante diferentes exigencias, como así también ajuste de roles de la tripulación con mayores exigencias.

El rompehielos multipropósito “Almirante Irízar” (RHAI) zarpó este 4 de julio desde el astillero estatal Tandanor, donde se lo reconstruyó y modernizó desde 2011 para ampliar sus capacidades, hacia la Base Naval de Puerto Belgrano, donde se le realizarán tareas de carenado para sus pruebas a mar abierto. Esta navegación tiene el propósito de realizar el traslado a la Base Naval en el partido bonaerense de Bahía Blanca, para su puesta en seco en el Dique de Carena del Arsenal Naval Puerto Belgrano, en donde se verificarán los sistemas -como hélices, timones, válvulas- que se encuentran en la parte sumergida del casco, y se realizará el pintado de la obra viva.

El momento clave será en septiembre, cuando volverá a internarse en los hielos antárticos, dotado ahora de nuevos laboratorios científicos y una cubierta ampliada de vuelo para facilitar el enlace de todas las bases argentinas en el continente blanco.


La histórica nave, que dejó de participar en las campañas antárticas tras sufrir un incendio en 2007, es una referencia para cientos de científicos que participan de las campañas antárticas. En ese marco, investigadores platenses recordaron sus experiencias al borde del clásico rompehielos.

El histórico buque rompehielos de la Armada argentina, el Almirante Irízar, que fue emblema de las campañas en la Antártida, partió desde Buenos Aires para realizar su primera navegación en alta mar luego de diez años parado tras sufrir un incendio, informaron fuentes oficiales.

Desde principios de 2010, el astillero de la empresa Tandanor se hizo cargo del buque para que pudiera volver a navegar, algo que hizo realidad este martes cuando salió desde el Complejo Industrial y Naval Argentino para llegar a la Base Naval Puerto Belgrano.


"El rompehielos ARA 'Almirante Irízar' se trasladará al dique seco de Puerto Belgrano (en el sur de la provincia de Buenos Aires) para la verificación de los sistemas del casco", señaló en su cuenta oficial de Twitter el Ministerio de Defensa argentino, Julio César Martínez.

El ministro de Defensa indicó que este viaje se realiza "para navegar aguas profundas", un paso necesario que la navegación precisa hacer "antes de las pruebas de hielo" y antes de la reincorporación de la nave a la fuerza naval antártica de la Armada Argentina.

Según explicó ayer el comandante del buque, Maximiliano Mangiaterra, “vamos a esperar las condiciones meteorológicas que habitualmente se dan a mediados de septiembre para realizar las pruebas de hielo en la Antártida; y ahí se va a probar el buque a toda su potencia para comprobar si está listo para alcanzar la base Belgrano II”.

Mangiaterra comentó que “Belgrano II está más allá del paralelo 78, y para llegar a ésta es necesario cruzar el Mar de Weddell, que está cubierto de hielo”.


Al referirse a la primera navegación de prueba, Mangiaterra dijo que “fueron cuatro días intensos en los que en forma progresiva se encendieron todos los sistemas de propulsión. A mediados de junio vamos a hacer una segunda salida de diez días para comprobar la configuración que evaluamos en la primera, y también a testear todos los equipos instalados a bordo”.

Un incendio afectó la nave el 10 de abril del 2007 cuando volvía de la campaña antártica con 296 tripulantes a bordo; el fuego se originó en los generadores eléctricos cerca de las 22, y dejó fuera de servicio cerca del 80 por ciento del barco.


El Ministerio de Defensa, la Armada y la Dirección Nacional del Antártico, analizaron las alternativas de comprar un nuevo rompehielos, construir uno o reconstruir el ‘Irizar’, eligiendo esta última opción que además contemplaba una profunda modernización del buque para ampliar sus capacidades y darle más espacio a los laboratorios.

Los trabajos de reparación y modernización permitieron ampliar de unos 70 metros cuadrados a más de 400 la superficie destinada a laboratorios, de 76 a 83 la cantidad de camarotes y de 350 metros cúbicos a 650 la capacidad de trasladar combustible antártico.

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